Crypto Digest, edición especial
Cuando estábamos a punto de enviar Crypto Digest # 3, comenzó un tsunami. Y cuando pensábamos que esta edición especial estaba terminada, todavía nos quedaba otra sorpresa. Vienen tiempos interesantes
Llevábamos más de la mitad de la newsletter escrita, con sus bonitas piezas sobre “Robin” Vitalik “Hood”, escalabilidad y NFTs, cuando la tierra empezó a temblar bajo nuestros pies. Estas han sido algunas de las semanas más intensas en el mundo de la criptomoneda. Se ha abierto un nuevo capítulo que todavía se está escribiendo, pero pasada la primera ola de confusión, al menos podemos atrevernos con un pequeño resumen. Mientras el tiempo trae una imagen más clara de todo lo que ha ocurrido, esto es lo que podemos decir por ahora.
Parece que todo empezó con Elon. había enviado un mensaje muy poderoso al mundo empresarial y a los inversores tradicionales cuando compró $1.5 mil millones en bitcoins para su tesorería y anunció se podrían pagar sus coches eléctricos en bitcoin a partir de ahora. El ecosistema cripto obtuvo el respaldo de un hombre cuya zona de confort es la frontera entre los negocios tradicionales y la disrupción radical. ¿Quién mejor para hacer de Cicerone ? Justo en plena carrera alcista, Bitcoin recibió otro impulso.
Pero solo un par de meses después, Musk hizo un Darth Vader y le dio la espalda a la comunidad bitcoin. Tesla anunció que dejaría de aceptar bitcoin para la compra de sus coches (aunque lo mantendría en su tesorería), aduciendo dudas sobre el impacto medioambiental. Todo empezó con una explicación bastante comedida, pero terminó con un intercambio de golpes entre célebres tuiteros de bitcoin y el autoproclamado “tecnorey de Tesla, imperator de Marte”.
Miedo, incertidumbre y dudas.
Solo unos días después, las autoridades chinas emitieron un comunicado según el cual se prohibía a las instituciones financieras y empresas de pagos brindar servicios relacionados con las criptomonedas, alegando la defensa del interés de los consumidores contra la volatilidad de estos activos digitales.
"Recientemente, los precios de las criptomonedas se han disparado y caído, y el comercio especulativo de criptomonedas se ha recuperado, infringiendo gravemente la seguridad de la propiedad de las personas e interrumpiendo el orden económico y financiero normal", rezaba el comunicado.
Una examen más pormenorizado dejaba una serie de preguntas. La declaración no fue venía claramente firmada por ninguna institución, y apenas aportaba información nueva sobre lo que ya era el statu quo en el gigante asiático. China tiene una relación de amor-odio con las criptomonedas (¿y quién no?). Aprecian el poder que Bitcoin ejerce sobre el dólar, pero no les gusta cómo ayuda a evitar el control del capitales. Fueran los que fueran los motivos, el momento se hacía extraño.
Estados Unidos también tenía algo que decir. Tanto la Securities Exchange Comission (el regulador de los mercados financieros) como el departamento del Tesoro echaron más leña al fuego con sus respectivas declaraciones. La SEC, a través de su División de Gestión de Inversiones, dijo que "los inversores deben considerar la volatilidad de Bitcoin y el mercado de futuros de Bitcoin, así como la falta de regulación y el potencial de fraude o manipulación en el mercado subyacente de Bitcoin".
El Tesoro, por su parte, dijo que "se requerirá que cualquier transferencia por valor de $10,000 o más sea reportada a Hacienda" con el fin de obstaculizar la evasión de impuestos.
Ninguna de estas medidas es intrínsecamente mala, pero ambas agregaron más presión regulatoria durante un momento de gran inestabilidad.
Y entonces China asestó el golpe final.
El viceprimer ministro chino, Liu He, comunicó a un grupo de funcionarios de finanzas el pasado viernes que el gobierno "tomará medidas drásticas contra la actividad minera y comercial de bitcoins" como parte de su plan para lograr la estabilidad financiera. El gobierno no dio detalles sobre políticas específicas dirigidas a la minería o el comercio.
Hasta este momento, toda parecía que podría quedarse en una reacción exagerada del mercado a una acumulación de noticias negativas. Algunas métricas fundamentales de blockchain, como las wallets activas o el NVT ratio, mostraban buena salud a pesar de la caída. Parecía que estábamos simplemente en mitad de un gran bache, provocado por una tormenta perfecta de mala reputación y una acechante presión regulatoria.
Pero la posible prohibición de la minería en China lo cambia todo. E independientemente de que la amenaza se convierta en realidad o no, los efectos ya se pueden sentir. Los mineros chinos ya están reaccionando, con la migración de grandes operaciones y ventas de su costoso hardware de minería.
A largo plazo, esto sería indudablemente una noticia positiva: la geopolítica de bitcoin está demasiado atada a China, y esto podría detenerse gracias a una redistribución del poder de computación. Además, las preocupaciones sobre el consumo energético y las emisiones (devolvemos la conexión a Elon), también sufren cambios, con los mineros alejándose de zonas muy dependientes del carbón.
A corto plazo, las cosas aún no están claras. El anuncio de China llevó a los mineros chinos a vender motivados por el pánico, y las criptomonedas bajaron del 30 al 50% el domingo pasado. Los inversores empezaron a dar por terminado este bull run, y muchos dijeron que no habíamos aprendido nada del desplome de 2018. Luego, ayer, todas las criptomonedas se dispararon, recuperándose del 25 al 75% en cuestión de horas, y la euforia regresó: ahora la mayoría de los inversores afirman que volvemos a estar en un bull run, y hablan de BTC a $100k y ETH a $10k.
¿Nuestra opinion? Es demasiado pronto para saberlo. El mercado se ha recuperado en solo un día de una de las mayores ventas masivas de la historia de Bitcoin, por lo que somos optimistas. Pero al mismo tiempo, si los mineros chinos tienen que vender rápidamente sus propiedades para evitar los controles de capital o incluso la cárcel, probablemente veremos otro baño de sangre. Si está en cripto a corto plazo, será mejor que esté listo para las turbulencias.
Hablando de turbulencias, mientras rematábamos esta edición Elon Musk ha vuelto a sacar la zanahoria. Así no hay quien dé por terminada una newsletter.
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